Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales https://iwanhyxi800539.blogdal.com/39037513/análisis-táctico-del-momento-del-cabezazo-de-zidane